Queridos hermanos y hermanas, la celebración de la Vigilia Pascual es una gran ceremonia. Tiene varios elementos que hacen de esta celebración una celebración única y espiritualmente enriquecedora. Entre todos los símbolos de la celebración hay uno que siempre me ha llamado la atención. Es el canto llamado "Pregón Pascual". Este canto solamente se canta en la Vigilia Pascual. Es un canto que habla del triunfo de Jesús sobre la muerte y cómo con su sacrificio en la Cruz nos ha traído una nueva vida. El canto presenta un contraste entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte, entre el día y la noche, entre el pecado y la gracia. Obviamente, el énfasis es puesto en la luz, en la gracia y en la vida que se nos da con la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Hay una línea en particular que me llama la atención del Pregón Pascual, dice lo siguiente:
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
Encuentro esta parte del canto muy maravilloso porque nos dice que Dios usa todo lo posible para acercarnos más a Él y llevarnos a una vida nueva. Él usa incluso nuestras faltas y nuestro pecado para que podamos experimentar la nueva vida que nos trae al resucitar de entre los muertos.
Cuando me estaba preparando para escribir este artículo, encontré un comentario sobre esta nueva vida que se nos da con la resurrección de Jesús en este día de Pascua. Quiero compartir este comentario contigo.
Resucitando a una Nueva Vida*
“Este es el día que hizo el Señor; regocijémonos y alegrémonos.” La Pascua es la gran celebración de la victoria de la vida sobre la muerte.
Nuestra religión es de Pascua. No negamos ni nos apartamos de los males que nos rodean: las guerras que han matado a unos 100 millones de personas en nuestro (último) siglo; la pobreza que sostiene a más de la mitad de la raza humana; el hambre que mata a millones cada año y arruina las vidas de millones más; la discriminación que divide a la familia humana en partes contendientes.
No negamos estas miserias, pero nos negamos a rendirnos a su poder debido a nuestra fe en la resurrección de Jesucristo.
El sufrimiento será vindicado; la muerte será vencida; surgirá una nueva vida: ese es el mensaje de resurrección del misterio pascual.
“Festejemos con alegría en el Señor”. Así como Cristo pasó de la muerte a la resurrección, así también el mundo pasará a través de su sufrimiento hasta la gloria de una nueva vida.
No hay lugar para la desesperación: nuestra fe en la Pascua nos dice que Dios "nos levantará y renovará nuestras vidas".
Este es el "Día hecho por el Señor". ¡Aleluya! ¡Recuperen la esperanza, hermanos y hermanas de todo el mundo! Con Cristo, nuestra Pascua, ¡todo es posible! ¡Cristo avanza en nuestro futuro!
- Mensaje de Pascua de Papa Juan Pablo II, 1991:8.
* http://liturgy.slu.edu/Triduum2019C/reflections_justice.html